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Torre de Londres

La Torre de Londres fue construida en el año 1066 por orden de Guillermo I el Conquistador, al lado del rio Támesis, como elemento de protección ante cualquier ataque que se produjera por vía marítima.

Desde su origen ha sido ciudadela, Palacio Real, sede de gobierno y lugar de acontecimientos muy sangrientos en la historia de Inglaterra.

Muchas personalidades, reyes, reinas, príncipes, princesas, criminales y traidores han sido torturados y ejecutados en su interior.

Ilustres como Tomas Moro, Ana Bolena, el poeta Chaucer, Juana Bolena, Catalina Howard… corrieron esta mala suerte.

Hoy en día, la Torre de Londres, se ha convertido en una de las principales atracciones turísticas de la ciudad, por la belleza del complejo, por su arraigado y profundo pasado histórico y por encerrar un gran tesoro en su interior, las Joyas de la Corona.

El complejo está formado por la fortaleza, con sus diez torres, un palacio, mazmorras, capillas y varios museos. El control de la Torre corre a cargo de los 42 «Beefeeaters», muy populares por su vestimenta, gracias a la famosa Ginebra. Durante la tarde se produce la ceremonia de llaves en la que se asegura la Torre durante la noche.

En su interior residen ocho cuervos a los que se encarga de cuidar uno de los 42 alabarderos (Ravenmaster), ya que según la leyenda, el día en el que desaparezcan los cuervos, la Torre caerá y se desplomará el reino de Inglaterra.

Dirección
St Katharine’s & Wapping, London EC3N 4AB

Teléfono
+44 (0) 844 482 7777

Horario
Martes a sábado de 9h a 17:30h
Domingo y lunes de 10h a 17:30h
* Última entrada permitida a las 17h

Precio
Adultos: 28,90£
Menores de 16 años: 9,50£
Mayores de 60 años: 14£
Descuentos especiales para grandes grupos
Por 3’50£ más es posible alquilar una audioguía en español.

Transporte público
Metro: Tower Hill (líneas Circle, District y DLR)
Autobús: 8, 9, 11, 15, 15B, 22B, 25, 133 y 501

Consejos
Es recomendable llegar a primera hora de la mañana, con algo de antelación sobre la hora de apertura, ya que en la mayoría de ocasiones se producen enormes colas que pueden quitarte las ganas de entrar.